sábado, 14 de abril de 2012

LIBRE OPINION

29-M MI EXPERIENCIA DE LA HUELGA


 

No me gusta hacer huelga, no.

Prefiero no tener que prescindir del día o días de salario que nos conlleva la huelga a mi mujer y a mí; prefiero poder dedicar ese o esos días a estar con mi familia, mis hijos, de una forma sosegada; prefiero la tranquilidad de un día en calma que las tensiones de un día de lucha; prefiero que las cosas que hay que arreglar se arreglen de una forma dialogada, razonable…, pero a veces, y muy a nuestro pesar, las cosas no son como nos gustarían y no hay más alternativas que optar entre afrontar la situación o esconder la cabeza bajo la arena y ¡a ver si escampa!. Esto ocurre en todos los órdenes de la vida.

Esconder la cabeza bajo la arena es lo más efectivo para los que nos sitúan ante la decisión de ir o no a la huelga, pero para nosotros…

La reforma laboral es, entre otras cosas, una medida que deja las puertas de par en par para que los empresarios puedan cometer injusticias dentro de la legalidad. La cosa es gravísima; está subiendo un escalón muy importante en la configuración de una sociedad todavía más inmoral en pro de los beneficios privados.


 

  • '¿Era lo más acertado ir a la huelga? ¿Conseguiríamos algo con ella?'
  • Respuesta: 'Una apisonadora se dirige hacia tu casa y tu familia está dentro… ¿Es lo más acertado intentar detenerla? ¿conseguiré algo intentándolo?'

    Lo que sí sabes sin lugar a dudas es lo que ocurrirá si después de haberte cansado de gritarle al conductor, éste sigue su rumbo y tú no utilizas otros medios para detenerlo.


 

Para mí la huelga empezó de alguna forma el día que quedó convocada: repartí información por la red y por la calle, hablé con todo el mundo que pude para intercambiar impresiones y contribuir a informar del gran daño que supone la reforma laboral, acudí a todas las convocatorias que tuvimos de parte de la sección sindical y el comité y expuse mis opiniones y propuestas. Al llegar el día de huelga estaba contento de haber hecho hasta ese momento todo lo que estuvo en mi mano.

No viví el día de huelga con pesar, no, sino con alegría y activo, a pesar de que hubiera preferido no tener que hacerla. Mi alegría nacía de mi determinación de revelarme contra lo que considero una injusticia y sobre todo por el hecho de hacerlo junto a otros muchos con los que me une el mismo sentimiento; también por haber visto a bastantes compañero de UGT y CCOO de la empresa comprometidos con la situación. Llegado ya el día lo que sentí es que ese día era un día en el que estaba dando lo mejor de mí en pro de nuestros derechos que serán también los de nuestros hijos. Estaba siendo agradecido por una historia en la que otros antes que yo, actuaron comprometidamente, y gracias a ellos, sus luchas y esfuerzos, hemos podido disfrutar de lo que tenemos.

Es muy importante dedicar algún rato para ir adquiriendo memoria histórica, pero por sí sola ésta no vale mucho si no la vivimos de un modo agradecido que nos impulse a comprometernos por los demás.


 

Los tiempos que se avecinan no parecen muy halagüeños. Estamos muy paralizados por muchas razones y la parálisis no nos va a ayudar a afrontar eficazmente lo que nos vaya viniendo y que a buen seguro requerirá de nuestra convicción y acción. Es condición imprescindible querer ver esto para poder ponerle remedio.

A nivel de empresa la mayor responsabilidad para caminar en esa dirección la tiene nuestro comité pues su finalidad principal, la del sindicalismo, no es gestionar el día a día, que es algo que también hay que hacer, lo más importante es dinamizar la vida sindical para posibilitar el fortalecimiento de la conciencia obrera y por medio de ella posibilitar la militancia, personas que se comprometen por un cambio social basado en la justicia.

Necesitamos recuperar el asamblearismo, ser imaginativos. La plantilla tenemos que empeñar nuestro esfuerzo para participar. Sé que en el comité surge el desánimo y hasta el hastío cuando la mayoría de la plantilla no aparece por las pocas asambleas a las que se nos convoca, es algo humano y natural que surjan esos sentimientos pero hay que recuperarse de ello y volver a ponernos en marcha, romper ese círculo vicioso de 'como no vienen convoco lo justito y por lo tanto no vamos y vuelta a empezar'. Es responsabilidad de todos pero nuestro comité juega un papel de primer orden.


 

  • Información fluida, a tiempo, y constante de lo que en cada momento se está cociendo en todos los ámbitos de nuestra empresa (ahora en la sección de CCOO tenemos un estupendo blog a través del cual se está haciendo mucho en esta línea), pero las notas en mano y vernos las caras es de lo más efectivo.
  • Asambleas informativas de almuerzo. ¿Es algún perjuicio hacer una cada 7 ó 15 días? ¿Cuesta mucho esfuerzo de preparar y nosotros de asistir?
  • Ver cómo solucionamos lo de las asambleas generales partidas en las que no coincidimos todos a la vez. Esto resta mucha eficacia a lo que se pretende con el asamblearismo. ¿No se podría experimentar el hacerlas algún sábado por la mañana para ver cuál es la respuesta? Sólo es probar.
  • Los trabajadores tememos que tomar conciencia de que hay que afiliarse, al sindicato en el que nos sintamos más a gusto, pero apoyar al sindicalismo que es el único medio que tenemos para defender nuestros derechos.


 

A mi juicio estos puntos serían algunos de los que podrían ayudar a dinamizar la lánguida vida sindical que padecemos y que como ya he dicho antes es responsabilidad de todos/as reanimar.

En este sentido me gustaría resaltar y valorar los movimientos que hizo el comité de cara a la huelga. Creo que avanzar en esa línea y potenciarla todavía más es parte del camino.


 

Un saludo para todos los compañeros.


 

Domingo Casaos (Mantenimiento SDS)