jueves, 20 de octubre de 2011

ATROPELLO

En estos últimos días todos hemos sido testigos, o nos lo han contado, del triste acontecimiento producido en China, donde se ve el atropello de una niña de 3 años y la actitud impasible de los autores del hecho y de la gente al pasar a su lado una vez que ha sido atropellada. Sin duda este suceso nos hace revolvernos en nuestro interior, no pudiendo comprender, como es posible estas actitudes en el genero humano.

Tal vez, el gigante asiático en su despertar hacia el mercado libre y su acercamiento a las economías mas desarrolladas, ha fijado su mirada en lo peor de todas ellas, que sin duda gobierna el espíritu de la mayoría que vivimos sometidos en este mundo neoliberalista, donde se fomenta el individualismo, la riqueza inmediata y todo tipo de desagrado por el bien común y la solidaridad.

Muchos habrán podido pensar que esto sucede allí, y que aquí en nuestro estado de supuesto bienestar esto seria impensable, pero no, esto esta pasando continuamente en nuestro alrededor más inmediato. Muchas han sido las veces que hemos pasado ante esa niña atropellada y malherida y hemos puesto la mirada en otra cosa. Seguramente quien lea esta reflexión se preguntara ¿Quién, yo? ¿Cuándo? ¿Cómo es posible?, es sencillo responder a tales preguntas.

Cuando somos testigos de las continuas agresiones que sufre la ciudadanía en general y no somos capaces de reaccionar, cuando nos mostramos mudos ante el ataque voraz que al que esta sometida la clase trabajadora, cuando no peleamos por un futuro digno para los que nos sucedan, cuando echamos por tierra lo conseguido por los que nos precedieron, cuando ante los recortes sufridos en pilares fundamentales como la educación o la sanidad pública nos quedamos en casa creyéndonos lo que nos repiten continuamente en los medios de comunicación, que si esto es necesario, que es lo que toca, que lo mandan los mercados etc. Nos convertimos en los mismos que no se inmutaron ante el horror vivido en las calles de China.

Si bien la mayoría de los chinos que aparecen en el video muestran una indiferencia que roza lo abominable, una pequeña mujer que se dedica a recoger basura, socorre a la niña y es capaz de salvarla de una muerte segura. Del mismo modo todavía estamos mucha gente que estamos convencidos de defender nuestro estado de bienestar y luchar por un mundo más justo, por una sociedad más humanitaria y solidaria. La mayoría de nosotros estamos integrados en algún tipo de asociación, grupo de trabajo, sindicatos etc.

A estos últimos, los sindicatos, los llamados mercados y todos aquellos que los rodean han llevado a cabo un ataque sin precedentes hacia estos, sin lugar a duda, porque son conocedores que somos el último bastión que les queda para vencer en su lucha sin cuartel para conseguir una sociedad cada vez mas desnaturalizada, deshumanizada, individualista y aborregada ante las decisiones que tomen los gobernantes de turno. Ya lograron convencernos que políticamente no quedan más opciones que las que nos promulgan continuamente.

Pero estoy convencido que no lo van a lograr, no nos doblaran, ni nos domesticaran, pero para ello necesitamos la labor de todos, sin duda los que ya estamos convencidos debemos esforzarnos en convencer a los que tenemos más cercanos que no podemos mirar hacia otro lado mientras a nuestro alrededor somos testigos ante tantos desmanes. Para ello, tal vez debamos primeramente dar un giro en los sindicatos hacia lo verdaderamente importante, como es la lucha obrera y nos olvidemos en salir en fotos, firmando acuerdos con los que nos hacen un mal tan desmedido. Formando nuevamente un movimiento obrero, comprometido en la pelea diaria en nuestros tajos y olvidándonos de hacer política ficción.

Mientras tengamos la tasa de paro que soportamos en este país, mientras haya gentes que tienen que abandonar sus casa por no poder hacer frente a unas hipotecas desmedidas, mientras ataquen nuestro sistema de bienestar, mientras la política este secuestrada y no la devuelvan al pueblo, mientras suframos ataque tras ataque y no sepamos responder, saliendo a la calle a pelear un futuro y un presente digno, justo y solidario, mientras no ejerzamos nuestro derecho al voto con valentía y responsabilidad, mientras no hagamos todo lo que está en nuestra mano para mejorar nuestro mundo estaremos pasando delante de una niña moribunda y miraremos hacia otro lado.


 

Longinos rived

Celda 8