sábado, 28 de julio de 2012

LIBRE OPINION

ASAMBLEARISMO Y ESQUIROLAJE


 

Somos un colectivo de trabajadores que trabajamos bajo unas condiciones laborales, salariales, etc. que son el fruto y la herencia de una historia de negociación colectiva sostenida e impulsada por nuestras secciones sindicales y la participación más o menos activa y comprometida de todos los trabajadores que a lo largo de la historia de esta empresa han/hemos ido pasando por ella.

El modelo de organización que ha habido y hay se basa en la posibilidad de participación de todos los trabajadores a través de las asambleas generales.


 

En la asamblea (proceso democrático), los trabajadores tenemos derecho:

  • A ser informados con transparencia por parte de nuestros representantes y delegados sindicales.
  • A exponer libremente nuestras opiniones sobre los asuntos del orden del día.
  • A hacer crítica de lo que creamos que lo merece y necesita.
  • A aportar nuestro voto libre para decidir sobre las acciones que se quieran poner en marcha.


 

Sabemos todos que siempre los derechos llevan aparejadas unas responsabilidades sin las cuales la construcción colectiva de nuestro convenio no puede gozar de la fortaleza y salud que se requieren. Estas responsabilidades podrían ser:

  • Reclamar esa información en caso de no llegar.
  • Aportar nuestros criterios para entre todos ayudarnos a resolver mejor los asuntos.
  • Ser siempre respetuosos y educados con las opiniones de los demás.
  • Que las críticas sean siempre constructivas, para lo cual no basta con quejarse sino que hay que aportar alternativas.
  • Pedir a nuestros representantes sindicales que velen por la 'higiene' asamblearia, higiene que, entre otras cosas, contempla también el tema que a que hace referencia este escrito.
  • Y muy importante, los acuerdos que se toman en la asamblea son siempre vinculantes para todos los que pertenecemos al convenio colectivo. Tenemos todos el deber de respetarlos y cumplirlos hayamos votado lo que hayamos votado, pues en esto consiste también el funcionamiento democrático.

    También son vinculantes para aquellos que o bien por imposibilidad o por libre decisión no asisten a la asamblea. ¿Y por qué es esto así? Pues porque fruto de todo este proceso que venimos describiendo nace nuestro convenio colectivo que a todos beneficia y protege, a todos, incluidos ellos.


     

Es histórico en nuestra empresa, como en todas, que hay compañeros que no respetan los acuerdos tomados en asamblea. Esto genera grandes tensiones, dificulta enormemente la unidad y por consiguiente nos debilita y contribuye a empobrecer nuestras condiciones laborales; también las de ellos.

A la par, es histórico también, que algunos de esos compañeros que anteriormente no han respetado los acuerdos de otras asambleas, en ocasiones vuelven a asistir solo a aquellas asambleas en las que se va a votar sí o no a la huelga, sólo a éstas, con la intención de ejercer su derecho al voto y también de no respetar el acuerdo en caso de salir el sí a la huelga.


 

A veces hablamos de la corrupción en la política y en otros ámbitos y hacemos una fuerte crítica de ella mientras que otras veces, cuando esa corrupción es más cercana, convivimos con ella sin ejercer esa misma crítica que llevamos a cabo cuando la corrupción está un poco más alejada de nosotros. Comportándonos así ¿No somos cómplices de corrupción por omisión? Creo que está claro que me estoy refiriendo a la corrupción de nuestro procedimiento asambleario.


 


 

Ir a una asamblea a ejercer el derecho al voto sin estar dispuesto a cumplir con la responsabilidad de respetar los acuerdos que salgan, sean los que sean:

  • ¿Es honesto?
  • ¿Es tener respeto al resto de compañeros y al procedimiento asambleario del que se quiere participar?
  • ¿Es el comportamiento maduro de una persona adulta?

Pienso que a las tres preguntas cualquiera responderíamos un NO muy grande.


 

Siempre es deseable que a nuestras asambleas acudamos cuanto más compañeros mejor y como no puede ser de otra forma el acceso siempre está abierto para todos pero, la actitud con la que vamos tiene que ser la de ejercer derechos y cumplir responsabilidades, de tal forma que a un compañero que anteriormente no ha respetado los acuerdos y acude a una nueva asamblea general, le honraría mucho tener la suficiente nobleza y coraje de decir públicamente que viene con la sana intención de, en adelante, respetar los acuerdos que se tomen; y si no hace esa declaración libremente, al resto de la asamblea también nos honraría enormemente pedirle con toda amabilidad que nos explicara con qué actitud viene. Si los acontecimientos no siguen este curso, ¿no está ese compañero corrompiendo la asamblea y nosotros permitiéndolo?

¿Podemos seguir adelante dejando este asunto atrás sin resolver? Seguramente que pronto tendremos ocasión de resolverlo positivamente.

Y para terminar, no dejar de recordar que las decisiones tomadas en asamblea son vinculantes para todos aquellos trabajadores, sea cual sea el escalafón en que se encuentren, cuyas condiciones laborales emanen de nuestro convenio colectivo, aún en el caso de que decidan no asistir a las asambleas (ya se ha explicado el por qué).


 


 

Domingo Casaos Mairal (Mantenimiento SDS)